En las últimas semanas se ha vuelto recurrente un tronido en mi cadera izquierda…
Surge si bailo o si me muevo brusco. No hay dolor, sólo tronido.
En las últimas semanas se ha vuelto recurrente un tronido en mi cadera izquierda…
Surge si bailo o si me muevo brusco. No hay dolor, sólo tronido.
Hace 3 meses me hicieron un par de cirugías.
Una varice y 2 quistes.
Como nunca me habían metido bisturí si tenía bastante recelo a ese trámite…
Y como nunca tuve molestias dejé pasar 10 años…
Una paciente me contaba de su sobrina…
Tiene 12 años y su mamá le encontró un hueco en el cuero cabelludo…
Al parecer se estaba rascando por ansiedad.
Seguir leyendo Mis miedos infantiles que que creo preocupaciones adultas
Me sorprende lo sigilosa e impactante que es la influencia del miedo y la culpa en tantos de mis deseos y objetivos.
Es una idea que me vuelve más atento y menos crítico.
Así como es fácil dar o recibir consejos cuando no estoy involucrado en algo, mi sentido común surgirá con facilidad en mi yo futuro.
Un día lluvioso es un día lluvioso, más que un día “malo”…
Es algo que procuro decirme cuando ando bajón de ánimo.
Quizá estoy empapado y sin paraguas, y las circunstancias inmediatas me hacen repelar, pero si voy más allá de mi frustración inicial y acepto mi poca disposición, me encuentro con que me es posible encontrar un “drenaje emocional”.
Uno de mis mayores retos es reconocer con personas que son muy cercanas para mí que el enojo es una muleta que puedo usar cuando me siento vulnerable.
Cuando empezó la pandemia sentí mucha incertidumbre, esa incertidumbre se ha vuelto miedo en días recientes cuando me enteró de lo fácil que es contagiarse.
Es casi inevitable la virulencia, pero creo que más fuerte que los físico, llega a ser lo emocional. El miedo es altamente contagioso y es muy utilizado como un elemento de conexión y pertenencia.
Las emociones son muy contagiosas. Si un bostezo se contagia con facilidad, ¿cuál no será el alcance de la paranoia?
Una idea que me parece muy simple y practica consiste en dame cuenta que me muevo desde el miedo o el amor.
Todas las diversas reacciones que pueda manifestar vienen de esta dicotomía.
Creo que lo que más miedo me da, no es:
perder a alguien que quiero, perder dinero, enfermar, fracasar, el rechazo, el abandono, la crítica, retroceder, la mediocridad…
Lo que más miedo me da se puede sintonizar con cualquiera de esos temas, eso sí, pero en esencia, lo que de verdad me “pone mal” o “bien” es mi expectativa, mi interpretación y mi juicio.