Sé amable e imperfecto

De mañana medito. Con ojos cerrados, sentado en mi cama, con sonidos de madrugada o mañana afuera, con estruendo mental adentro.

Ahí encuentro varias cosas:

urgencia sin sentido, contradicciones, opresiones en el pecho, nudos en la garganta, alborotos gástricos, hipocondría, miedo a la escasez, autocrítica, culpas exageradas…

 

En silencio borbotean esas experiencias,  pero sí me sigo exponiendo a eso, es porque también hallo calma inesperada de diferentes formas en esa quietud.

 

Esa calma puede venir por respirar tan solo, o por ver como los malestares descritos se diluyen solos, si no les argumento o trato de eliminarlos o por algún aforismo inesperado y puntual que me da una intención, para ese día y en ocasiones se queda ahí por meses para surgir en momentos de crisis o confusión.

 

La sentencia espontánea más reciente me llegó la semana pasada:

“SÉ AMABLE E IMPERFECTO.”

Encontré un reposo rico, de inmediato.

En lugar de pensar en la meditación perfecta, ahí estaba una propuesta práctica de aplicación inmediata, bien oportuna para la de – presión que ocasiona el frío.

 

Sé amable e imperfecto para meditar.

Sé amable e imperfecto para levantarte y andar por la calle.

Sé amable e imperfecto para hacer ejercicio.

Sé amable e imperfecto para escribir esto.

 

Y sucede magia, por no decir: inercia.

De un movimiento torpe se acomoda una catarata de posibilidades.

Mientras dure la integro, en el agua, en mi comunicación, en el trabajo, en mis pasos, en la resolución de algún achaque.

 

Ya he comprobado que el rigor, no es que no me funcione, pero tardo mucho más en ejecutar si me arreo, y la mayoría de las veces me pongo rejego si quiero controlar mis emociones o caer en una congruencia sintética.

 

Por su parte ser amable e imperfecto, lubrica mis movimientos, le quita rebabas a mis dudas.

2 comentarios en “Sé amable e imperfecto”

  1. Aceptación, abrazar mis imperfecciones, eso es lo que más me alimenta en estas situaciones.
    Son parte de mi, no puedo eliminarlas, es lo que me hace ser quien soy y lograr mis metas.
    Perfecta imperfección, sin lugar a dudas.

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