“Ridículo… ¿Cómo se entretienen con algo tan simple?”
Fue la idea que me surgió cuando de reojo veía a una familia jugando en una mesa vecina con monitos como los de la imagen de arriba…
“Ridículo… ¿Cómo se entretienen con algo tan simple?”
Fue la idea que me surgió cuando de reojo veía a una familia jugando en una mesa vecina con monitos como los de la imagen de arriba…
Candil de la calle, obscuridad de su casa.
En casa del herrero, cuchillo de palo.
Nadie es profeta en su propia tierra.
Hay múltiples dichos que ilustran la incongruencia humana.
Más allá del desencanto que podría causar una postura cínica al respecto, una óptica que me orienta mucho es la versión que un amigo y colega me decía hace unos años:
CUANDO TE LO DIGO A TI, ME LO DIGO A MÍ.
“Autosabotaje”.
De eso trata esta entrada, de lo que normalmente consideramos sabotajes cuando llegamos a cierto nivel de consciencia y nos damos cuenta de que tenemos más responsabilidad de la que creemos y menos control del que nos gustaría.