Es el segundo libro más difícil de leer que recuerdo.
Excelente, de contenido amigable, letra grande, párrafos muy bien distribuidos… pero el tema: confrontador.
Es común hablar del amor al otro, amor a la familia, amor a la pareja, amor a los amigos y hasta a los enemigos…
Sin embargo, no queda clara la raíz de todos esos amores: el amor por uno mismo.
Hace poco una paciente me compartió una imagen que me resultó muy útil.
Me comentaba cómo se halla en un momento de su vida en el que logra administrar su energía, su preocupación y su ansiedad.
Lo consigue a partir de preguntarse con frecuencia:
¿Esta guerra es mía o no?
No mires al frente.
Sólo mira abajo.
No mires a 1 metro, ni a 2, ni a 50, ni más allá.
Leí un cuento de Stephen King: La Niebla.
No me gustan las historias de terror, y me sentí muy incómodo durante toda la lectura del relato, sin embargo, me atrapó.
Una amiga me comentó que imaginaba que en mi vida vendrían varios cambios.
No me gustó oír eso, tiendo a acomodarme con rutinas y hallo cierto encanto en profundizar y encontrar matices en pocas experiencias que repito.
Le pregunté qué me sugería para adaptarme al cambio.
Me respondió: “Fluir”.
En 2011 me encontré con la siguiente idea:
Tu nivel económico es un promedio de las 5 personas más cercanas a ti.
