El juego es un lienzo que permite conocer cómo me muevo en condiciones más serias.
Es un principio de trabajo con niños y adolescentes en terapia:
más que el lenguaje, los juegos y los dibujos muestran con pureza lo que pasa en su interior.
Y de adulto puedo aprovechar ese contexto para descubrir cómo interactúo con la realidad, en mis relaciones, trabajo o economía.