Sí hay algo seguro en la vida, es el cambio.
Y parte del cambio implica pérdidas.
Vamos a perder seguridad, confianza, salud, relaciones importantes, cosas que nos costó trabajo conseguir.
Y perder algo duele…
Pero evadir o negar una pérdida que puede suceder dolerá más.
No es mi intención con lo que escribo aquí estimular la paranoia predeterminada que fantasea con catástrofes que a lo mejor no suceden.
Sí es mi propósito generar consciencia de que el cambio y la pérdida son parte natural del proceso de vivir y que si nos entrenamos en nuestro músculo de desapego podremos movernos sin tanta angustia.
Puede que haya dolor y tristeza, pero remordimiento o miedo son más fáciles de prevenir de lo que podemos imaginar…
…Siempre y cuando tengamos ejercitado nuestro músculo de desapego.