La semana pasada leí un texto intitulado: El Arte de dejar que pasen cosas malas.
Este fragmento viene en La semana laboral de 4 horas de Tim Ferriss. Lo que se menciona con ese discurso es que nos obsesionamos con la perfección y terminamos frustrados o exhaustos. Una manera de resolver esto según el autor es tener claras las prioridades de nuestra vida y dejar que las cosas que son irrelevantes sean pospuestas.
Es normal que de repente perdamos dinero u ocasionemos algún disgusto, pero más allá de clavarnos con lo que hacemos mal o dejamos de hacer, el objetivo es sentir tranquilidad con lo que esté hecho, ya no digamos bien, o perfecto, sino “hecho”.