Una herramienta que subestimamos para pausar el sufrimiento es la pregunta.
Sólo que así como es un instrumento de alivio, también puede serlo de automaltrato, en consecuencia, también un elemento que si usamos sin atención termina por hacernos sentir peor.
Pienso en 3 maneras de cuestionar, de éstas, hay un par que van a elevar nuestro ánimo en momentos vulnerables:
1. Preguntas reclamo.
2. Preguntas refugio.
3. Preguntas inspiradoras.
Voy a empezar por describir la preguntas que nos lastimaran y pasaré después a describir las que pueden pausar el malestar y después las que pueden mejorar nuestra disposición.