Creo que es una pregunta agresiva y valiosa al mismo tiempo.
Creo que es una pregunta agresiva y valiosa al mismo tiempo.
Más de la mitad de las experiencias que me generan culpa, las he hecho cansado.
… son ejemplos de situaciones que fomento por estar fatigado.
La naturaleza es cíclica, se compone de opuestos.
Y nosotros, en tanto que seres orgánicos, también tenemos contrastes.
A eso me refiero con la idea de que está bien no estar “bien”, todo el tiempo.
Estar bien crónicamente sería como el calentamiento global, un extremo distorsionado que terminaría por generar estragos.
Es frecuente que piense o sienta que “necesito” algo, cuando puede que sea un “quiero”, que si le rasco más a fondo, en realidad es un capricho…
Que ni siquiera quiero, y mucho menos necesito.
Es muy poco lo que necesito para sobrevivir:
1. Respirar.
2. Agua.
3. Comida.
4. Ir al baño.
5. Sueño.
6. Ropa que me proteja del clima
Fuera de esos 5 esenciales, que entrarían por definición en la categoría de NECESIDAD, hay unas cuantos procesos que me conviene (no “tengo”, “no debería”) cultivar como “QUIEROS” para dirigirme hacia un sentimiento de paz y satisfacción:
1. Cuidado de mi salud.
2. Aprender a escucharme y confiar en mi intuición.
3. Definir cuáles son mis pocos valores personales clarísimos según mi experiencia, mis fortalezas y mis cicatrices.
4. Cultivar relaciones con personas significativas que me enriquecen.
5. Expresarme.
Una circunstancia común que he vivido y volveré a vivir es sentir que necesito hablar con alguien específico…
O evadir una conversación que se que me ayudará a aclarar, resolver o cerrar un ciclo.
La mayor parte de mi vida he sido evasivo, y a veces tengo regresiones, pero trato de cargar el menor lastre mental que pueda.
Para ello, creo, que hablar con transparencia logra un alivio tremendo.