“Háblame bonita.”
Así susurro.
Cierro los ojos.
Pongo mis manos en ella.
Respiro.
Bajo la cabeza.
“Háblame bonita.”
Así susurro.
Cierro los ojos.
Pongo mis manos en ella.
Respiro.
Bajo la cabeza.
sé el cliente que quieras tener.
sé el jefe que quieras tener.
sé la pareja que quieras tener.
sé imperfecto en ese proceso, esto es una referencia, no un yugo.
Me gustó mucho una experiencia que me compartió un paciente acerca de cómo un evento que decepcionaba una expectativa se ocupo como una pequeña vacación.
El juego es un lienzo que permite conocer cómo me muevo en condiciones más serias.
Es un principio de trabajo con niños y adolescentes en terapia:
más que el lenguaje, los juegos y los dibujos muestran con pureza lo que pasa en su interior.
Y de adulto puedo aprovechar ese contexto para descubrir cómo interactúo con la realidad, en mis relaciones, trabajo o economía.
Una de las contradicciones que más escucho en el consultorio, o vivo, viene de la siguiente frase en momentos dolorosos:
“quiero estar 《bien》”.
La ironía sucede que después de estar “bien”, mucho rato, una parte de nosotros busca drama, se endeuda, se enferma, se satura de compromisos en un momento de manía, o amenaza en un arranque de coraje, sin dimensionar que esas ejecuciones ocasionarán de todo, excepto esa armonía que añoramos en momentos de incertidumbre…
Como una bofetada.
Me agarró desprevenido que me aventara su mascada a la cara en medio de la clase.
No fue sólo 1, durante toda la clase, la maestra me aventó 3 veces su máscada frente a mis compañeros.
¿Cuál era mi pensamiento cuando me llegó la primera vez?
Si me iría en Uber de la clase a un baile. No recuerdo en que me distraía las otras 2 ocasiones.
Una idea recurrente con la que me encuentro es:
Busca una manera ligera de hacer.
Si ya decidí no soltar algo, hacer o estar desde una posición de reposo me parece una intención que puede funcionarme a largo plazo y cuando no tenga tantos recursos como me gustaría.
Una lección nueva de escalar:
Cada cuerpo tiene recursos y herramientas particulares. Hay diferentes tamañaños, fuerza, flexibilidad, peso…
Cada quien va a escalar de una manera específica.
Es decir: lo que a uno le sirve es probable que no le sirva a otro.
Me parece fascinante y práctico rastrear la esencia de algunas actividades que me gustan; el pedacito que puede generar grandes resultados con poco esfuerzo.
En los últimos 2 meses en medio de miedo, achaques, somatizaciones y lesiones le bajé a la escalada…
A diferencia de otras veces en las que me frustro y pienso que perderé lo ejercitado por la pausa…
Ahora el miedo a estar enfermo, dirigió mi atención a algo menos superficial que el ejercicio y aclarar mis temas de salud.