Leí una idea liberadora.
En un taller de creatividad, la maestra les pide sus alumnos que escriban tal como les venga a la cabeza la conclusión de la siguiente oración:
“Si no tuviera que hacerlo perfecto, yo:…”
Leí una idea liberadora.
En un taller de creatividad, la maestra les pide sus alumnos que escriban tal como les venga a la cabeza la conclusión de la siguiente oración:
“Si no tuviera que hacerlo perfecto, yo:…”
Ingenuo. Soy muy literal y lento, la mayor parte del tiempo.
Si no me juzgo, esas características eclipsan a mi parte escéptica, “realista”, lógica y cínica… y con algunos libros ese estado provoca magia.
“Autosabotaje”.
Idea recurrente y frustrante.
Un ejercicio de conciencia y responsabilidad que se puede volver un instrumento de maltrato.
Hace casi un año empecé a ser atento a la idea de “bloqueo”.
De que traigo algunos bloqueos emocionales que me dificultan moverme o recibir lo que digo que quiero.
Por bloqueo entiendo cualquier resistencia que surge cuando me pido: fluir, agradecer, soltar, aceptar, rendirme, creérmela o palabras equivalentes no son tan sencillas de ejecutar.
Al reconocer esos “bloqueos”, me intrigó explorarlos y suavizarlos, en lugar de negarlos.
Hace unas semanas meditando, me encontraba con una intención que me dio alivio. Buscar ayuda. Reconocer con humildad que esos bloqueos no son tan fáciles de trascender…
La intención fue:
“Ayúdame a dejar de interferir”.
El otoño pasado me atraparon 3 libros Finding Ultra de Rich Roll, No me puedes Lastimar y Nunca Terminar, los 2 últimos de David Goggins.
Compartían 2 temas en común al menos:
De mañana medito. Con ojos cerrados, sentado en mi cama, con sonidos de madrugada o mañana afuera, con estruendo mental adentro.
Ahí encuentro varias cosas:
Un amigo lo dijo y me orientó.
Se refería a escalar por primera vez. Iba con miedo y con curiosidad.
Me djio que esa frase acentuó la invitación a ir.
Me dejó pensando en lo esencial de una inercia.
En las últimas semanas se ha vuelto recurrente un tronido en mi cadera izquierda…
Surge si bailo o si me muevo brusco. No hay dolor, sólo tronido.
En junio empezó, se consolidó en julio y agosto: una crisis rara.
Somatización es la manifestación de conflictos emocionales en el cuerpo, sin un fundamento orgánico.
Me reconozco como hipocondríaco, varias ocasiones he ido con un médico especialista a revisar radiografías y análisis sin hallar respuesta a algún achaque…
Hace unos días empecé con unas molestias en el hombro, en parte creo que por andar algo flojo con la actividad física…
Sin saber bien cómo retomar el ejercicio, decidí que volvería a nadar.
Sólo para rehabilitar. Sólo para sanar.
No era por bajar grasa o peso, ni ser más rápido o fuerte, era por aliviar una inflamación leve que no desaparecía.
Todo lo que haría iba orientado a esa pregunta:
“¿Me sirve para sanar?”