Creo que hay cierta lucidez cuando me hago responsable de mis emociones desagradables  y dejo de culpar a algo o a alguien de un malestar…

 

…pero también es frecuente que surja impotencia cuando trato de trascender esa emociones y entre más “maduro”, “evolucionado”, “mejor persona”, “menos intenso”, trato de ser…

…tiendo a amplificar esas emociones incómodas.

Una estrategia que me da alivio cuando me topo con un sentimiento que me carcome y se aparece con frecuencia, es anticiparlo.

 

No es tanto ser pesimista, sino que anticipar un bajón, una crisis de ansiedad o de culpa, me hace consciente.

 

Si estoy atento, voy a recibir la emoción de una manera diferente a si la niego o lucho con ella.

 

¿Qué sigue después de que la anticipo?

 

Considerar que si algo me molesta,  por reflejo voy a reaccionar.

 

Y que parte de la reacción es tratar de controlar.

 

Observar ese proceso de reacción o represión, me va a permitir modular la emoción que anticipé,

 

Y darme permiso de “ser normal”, de “ser humano”, de SENTIR CON CONSCIENCIA: enojo, envidia, tristeza, ansiedad, celos, disminuirá la posibilidad de ACTUAR ESAS EMOCIONES INCÓMODAS.

 

Sentir, no es indulgencia infantil de justificar mis emociones, sino reconocer que hay nervios y heridas que me orientan en la vida y que puedo ocuparlos para sanar, conocerme y crecer cuando siento algo que no me gusta y lo ocupo en lugar de acallarlo.

 

Un paso adicional que de un tiempo para acá escribo en estas entradas, es PERDONARME mis malos humores, mis malos sentimientos, mis juicios, mis críticas…

 

Puedo ocupar esas emociones y pensamientos dolorosos para flagelarme, pero también puedo ocuparlos para entrenar algo distinto: una búsqueda hacia sentir alivio.

 

Se lee más fácil de lo que es, pero verlo como entrenar algo físico, me inspira a darle oportunidad a esta estrategia:

ANTICIPAR

OBSERVAR

SENTIR CON CONSCIENCIA

PERDONAR

mis emociones desagradables.