Sin esfuerzo

La siguiente es una adaptación de un fragmento del libro Effortless (Sin Esfuerzo), de Greg McKeown, autor de Esencialismo.

 

“Lento es fluido, fluido es rápido.”

A principios del siglo veinte, a mediados de la era dorada de la exploración, el objetivo más ambicioso era alcanzar el polo sur.

Nadie lo había conseguido, ni Piteas el primer explorador polar, tres siglos a. C., ni los vikingos, mil años después, ni la Marina Real del Imperio Británico en su mayor esplendor.

En Noviembre de 1911, un par de aventureros rivales se lanzaron por esta meta escurridiza: el Capitán Robert Falcon Scott de Gran Bretaña y Roald Amundsen de Noruega, también conocido como “El Último Vikingo”.

 

Comenzaron por separado su recorrido de 2400 kilómetros,  una carrera de vida o muerte.

Un equipo regreso completo y victorioso; el otro casi no vuelve.

 

Al leer los diarios, quedó el registro de que ambos equipos hicieron el mismo viaje, en las mismas condiciones.

 

En los días be buen clima, Scott llevaba a su equipo hasta el agotamiento. En los malos se atrincheraba en su tienda de campaña para quejarse en su diario. En una entrada de su bitácora escribió:

“Dudo que alguien pueda viajar en semejante clima.”

 

Sin embargo, alguien lo había hecho. En ese mismo día, al concluir la jornada, Amudsen escribía:

“Ha sido un día  terrible: tormenta, nos perdimos y la escarcha nos atasco, aun así pudimos avanzar 21 kilómetros.”

El 12 de diciembre de 1911, el hielo se endureció. El Vikingo y su equipo estaban a 72 kilómetros del polo sur, lo más lejos que nadie había llegado.

Estaban a punto de ganar la carrera de sus vidas. La cereza del pastel: el clima estaba a su favor.

Habían llegado a una cima, tenían las condiciones ideales para esquiar y deslizarse al Polo Sur. Con un último esfuerzo podrían conseguirlo en un solo día…

 

En lugar de eso,  tardaron 3 días.

¿POR QUÉ?

Desde la primer entrada de su diario Amundsen había insistido en que su expedición avanzaría exactamente 24 kilómetros al día, no más,  no menos.

El último tramo no sería diferente.

Lloviera o estuviera soleado, Amundsen no se permitiría exceder el umbral de 24 kilómetros diarios.

Mientras Scott permitía a su equipo descansar sólo en los días malos, y los presionaba hasta el agotamiento en los días buenos.

El Vikingo, en cambio, insistió en cuidar el descanso y mantener un ritmo constante durante el viaje al Polo Sur.

Esta simple diferencia entre aproximaciones explica por qué  el equipo de Amundsen llegó  a la meta, mientras que el de Scott acabó consumido, micho tiempo después y con bajas.

Mantener un ritmo constante y sostenible fue lo que le permitió llegar a meta al equipo noruego “sin un esfuerzo exagerado”.

Obvio: no todos los días eran buenos, pero incluso en las condiciones más extremas el objetivo era razonable,  guiado por una simple regla:

No pasarían los 24 kilómetros diarios, no importaría el motivo.

 

El 14 de diciembre de 1911 Amundsen consiguió que su equipo alzanzara el Polo Sur por primera vez en la historia.  Y realizaron con seguridad el regreso del recorrido hecho.

 

Mientras tanto, Scott y su  equipo desmoralizado llegaban 34 días después a la meta.

Su viaje de regreso fue más tortuoso, 5 hombres se congelaron hasta morir y el resto del equipo temió terminar igual, al grado que escribieron notas con la esperanza de que sus amigos o familiares las leyeran si morían y alguien hallaba sus cuerpos.

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2 comentarios en “Sin esfuerzo”

  1. Ah caray…
    Yo soy del estilo de explotarme en días “buenos” y encerrarme en malos?
    ¿Entonces lo mejor es mantener una dinámica similar no importa cómo me sienta?

    Tenía la ilusión de que era buena idea encerrarme a “descansar” en mis días “malos”

    1. Pues depende de tu personalidad, necesidades y momento de vida…

      Habrá ocasiones en que se necesitará dar más de lo que creemos que es saludable…

      Pero serán excepciones más que regla.

      Creo que para cultivar algo a largo plazo y buscar permanencia, profundidad y evolución el “trote que dure”, más que el sprint que consuma, es una estrategia muy puntual a considerar.

      Así también se mantiene inercia.

      Pues empezar de 0 después de quedar en reposo, implica ocupar energía para reactivar, que un movimiento fluido, lento y constante no requiere.

      Gracias por comentar Raquel!

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