Hace un par de años hice una entrada que aludía a un libro: El Éxito de los perezosos de Ernie J. Zelinski.
De ahí tomaba la idea de que la sensación de no llegar nunca a sentirnos exitosos surge, en principio, por no tener claro qué significa eso que buscamos.
En lo personal, gran parte de mi insatisfacción, viene de compararme o competir, y estas 2 acciones se acentúan para desmoralizarme cuando no hay un objetivo definido; improviso entonces sobre la marcha buscando referencias externas en la vida de los demás, en mi pasado y en la publicidad, referencias que no resultan estimulantes.
A partir de esa improvisación, doy un vagabundeo de una definición de éxito a otra, criterios que tienden a ser superficiales y ambiguos: “ser millonario, ser feliz, tener una vida equilibrada, ser mejor, estar bien…”
Incluso cuando la realidad se adecua con mis expectativas, es difícil pausar, saborear, agradecer, celebrar…
Surge una nueva meta y levanto el listón más alto para, ahora sí, ser exitoso cuando algo externo o futuro acontezca…
Una propuesta que me dio claridad para salir de este circuito y tender a la satisfacción e inspiración viene de otro libro que leo en estos días: The Gap & the Gain de Dan Sullivan y Benjamin Hardy.
Así como El Éxito de los Perezosos enfatiza la importancia de establecer la propia definición de éxito, este último libro ahonda en una estrategia concreta para hacerlo:
Escribe tus 10 mandamientos de éxito.
La base de esta guía personal, no es tanto ir al futuro por metas, sino hacer consciencia de experiencias concretas y las emociones agradables que generan y perduran.
En lugar de escribir:
“voy a ser exitos@ (o feliz) cuando…“,
trato de definir desde:
“SOY exitoso (o feliz) cuando…”
Esta lista parte de lo que ya vivo y no soy consciente, no de plantillas universales del deber ser, que es muy fácil que no encajen con mi momento de vida, género, fortalezas o limitaciones.
Poner atención a cuándo me siento ligero, curioso y entusiasta, me permitirá orientarme con facilidad a reciclar esas emociones.
Es cuestión de tomarme un poco de tiempo para establecer qué 10 experiencias para mí definen un día exitoso.
Un ejemplo que dan en el libro (y que no tiene porque volverse un principio rector mío de plenitud, pero me encantó) es:
“Soy exitoso cuando veo el reloj, sólo por curiosidad, no porque tenga prisa por algo.”
Eso me llevó a hacer mi lista personal que me apetece compartir también como ejemplo de lo que a mí me brinda armonia (y que no tiene porque coincidir con tus experiencias):
SÉ QUE SOY EXITOSO CUANDO:
- Me levanto dispuesto.
- Mis ingresos fijos son mayores que mis gastos y disfruto de su generación.
- Vivo en un lugar que me gusta.
- Estoy en armonía con mi familia.
- Tengo bastante dinero ahorrado.
- Comparto con una mujer que me encanta.
- Estoy sano, fuerte, flexible y ligero.
- Disfruto de escribir.
- Duermo bien.
- Tengo una excelente digestión.
Y ya…
Registrar eso, verlo de vez en cuando, me ayuda a decidir, a poner límites, a explorar…
Una última idea acerca de estos 10 mandamientos personales…
Son dinámicos. No son fundamentos cristalizados, sino una brújula plástica que se adapta a tu momento actual y a tus necesidades concretas.
Seguro que si le dedicas tiempo a esta actividad y le das seguimiento, en algún punto hagas ajustes o se establezca una jerarquía, se diluya algun mandamiento y se reemplace por uno nuevo o se recupere alguno antiguo.
Definir tu propio significado de éxito o felicidad a partir de tu experiencia concreta, no sólo te guía, te vuelve más sensible a apreciar lo que tienes, sin que sea la pérdida la que genere esa consciencia.
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Muy buena idea para tener un punto de partida o referencia?
¡Gracias por comentar Noé!
Excelente idea para honrar nuestro progreso en cualquier ámbito y no depender de una inalcanzable y falsa expectativa del éxito
Sí, honrar, reconocer, celebrar, orientar nuestra evolución particular a partir de nuestras necesidades, deseos y experiencia concreta.
¡Gracias por comentar Montse!