Si veo a alguien bostezando, me darán ganas de bostezar.
Cuando hay una conexión profunda con alguien es usual mimetizar movimientos sin darnos cuenta: sentarnos en la misma posición, rascarnos al mismo tiempo, reír…
Somos maquinitas de empatía e intercambio, y hacer consciencia de estas condiciones puede sacarnos de baches emocionales.
Creo que una práctica muy sencilla a este respecto viene de buscar y juntarte con personas que tienen emociones que te apetece experimentar.
Es natural sentir envidia o frustración si hay alguien que siente algo que nosotros no experimentamos en presente, pero si mantenemos el contacto con esa emoción, nos contagiaremos de algo favorable.
Esta propuesta va más allá del enamoramiento de personas, también considera la pasión por actividades. Abunda la gente enamorada de hobbies diversos, lugares, alimentos…
Pegarse a alguien que experimenta este entusiasmo romántico amplifica la disposición hacia algo, fortalece el sistema inmunológico, disminuye el cansancio físico o el hambre y colorea lo cotidiano.
Aunque no se lea muy elegante, somos vampiros emocionales, membranitas que asimilan más de lo que nos gustaría. Aprovecha esa permeabilidad y orientala hacia lo que te nutre.
Aliméntate de gente enamorada de algo que a ti pueda aportarte.
Y cuando te salpiques por descuido o factores ajenos a tu control de mala vibra…
Será porque hallaste a alguien enamorad@ con pasión desbordada por la paranoia, la inconformidad, la impotencia…
No hay pierde.
Si bien no será cómodo de entrada, puedes capitalizar esa emoción desagradable que ya te contaminó, hay lecciones que el miedo, la ansiedad, el coraje y anexas, nos brindan, que la armonía y sus parientes no pueden otorgar.
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Excelente artículo, nos invita a elegir de qué queremos contagiarnos y a aprender de nuestras emociones, sabias consejeras. Muchas gracias por la reflexión.
Sí Clara, vale la pena ser atentos a lo que nos rodea e influye.
¡Gracias por compartir!
Me causó una sensación de “éxito” apenas cuando me di cuenta que me estaba alejando de algo que estaba drenando mi energía y compartí con alguien que “me había costado años de terapia, sangre, sudor y lágrimas llegar a donde estoy para que cualquiera llegara a quitarme lo que sembré”
Es difícil pero es posible y ahora me lo aplaudo, me aplaudo estar con quien me suma y no con quien, a la mala, quiere que le sume a su vida sin aportar nada a la mía.
Gracias a ti, DOC!
Y como mencionaste en tu comentario anterior Soledad, todo sirve, incluso si alguien me deja ese regusto de sentirme drenado, tengo un elemento de “mal ejemplo” o de contraste para orientarme a valorar lo que me inspira.