Buscar: estar bien, ser feliz, no sentirme mala persona, tener una buena autoestima, estar equilibrado…
Son formas ambiguas en que busco el alivio o la satisfacción. Su intención es legítima, por desgracia entre más busco esas experiencias, más autocrítico me volveré.
De esa paradoja viene el título de esta entrada.
Me doy cuenta que el proceso de conocerme, implica asumir esa parte juzgona e inconforme con la que me educaron mis papás, mis maestros y mi religión de niño, que después arraigó en mi interior de adolescente y que se cristalizó de adulto.
Si le doy su lugar a mi crítico interno, y en lugar de intentar convencerlo con logros externos, me entreno en escucharlo sin juicios, empiezo a sentir algo que puede ir encajando en las experiencias del primer párrafo y fluyo en mi día con más facilidad.
A eso me refiero con aprender a pelearme conmigo:
en vez de hacer un esfuerzo por no sentir tristeza, culpa, ansiedad, miedo, impotencia, comparación… Procuro conocerme cuando aparecen esas emociones, las anticipo, sé que van a suceder. Asumo esa posibilidad en lugar de esforzarme por dejar de sentirlas, y es irónico: la vocecita que crítica todo lo que hago o postergo, se vuelve un susurro. Entonces se incrementa mi disposición, baja el miedo a fracasar, y es más fácil moverme o soltar sin remordimiento.
Saber que llegarán sentimientos o ideas que me enseñaron que son “inadecuados”, y reconciliarme con la posibilidad de su aparición, es aprender a pelearme conmigo, y puede que de lucha pase a ser un baile con mi sombra.
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Aceptar mis “demonios” como parte de mi y de mi personalidad, así como aprender a vivir con ellos no es fácil, me cuesta mucho trabajo pensar en ellos como algo que me ayuda e incluso ver que en ocasiones me han hecho hasta sobrevivir.
No es sencillo y entiendo que aunque a veces no puedo “quererlos”, convivir pacíficamente con ellos hace que no resulte tan agotadora su existencia.
Gracias, Doc…
=)
Es irónico que nuestros demonios, monstruos, sombras y jueces internos se apaciguan cuando los escuchamos, para pelearnos “bien” con ellos, la resignación pacífica y la observación es una estrategia que los amortigua y nos brinda acceso a la ligereza y la claridad.
¡Gracias por comentar Soledad!
Arturo, por favor comunicate con mi amiga.
g294192@gmail.com
Gracias!