Hay una palabra que está muy mal vista y escuchada socialmente, a mí no me gusta ni decirla, ni recibirla.

Sin embargo, es una de las más simples y eficientes herramientas que existen para obtener libertad, tiempo, dinero y tranquilidad a largo plazo…

…sobre todo si eres un persona impulsiva o complaciente.

La palabra mágica es:

Es difícil decir: “NO”, porque se puede considerar una falta de cortesía o una muestra de egoísmo. Puede que en algunos casos sea así, pero en otras experiencias ese NO, tiene los siguientes beneficios:

– Poner límites, lo cual, aunque genere tensión, también, brindará:

– Respeto.

– Da certeza: ayuda a dar claridad, más alla de un: “Déjame ver”, “más o menos”, “yo te aviso”, “luego lo vemos” que en lugar de ser una manera de permitir un espacio para decididir con calma, son una invitación implícita a que por educación la otra persona deje de insistir.

– Decir que “No” a algo te lleva a reconocer que somos limitados, y por tanto es decir que “Sí” a otras experiencias, recursos, personas.

-Ayuda a valorar las cosas, que si son fáciles de conseguir no apreciamos en una magnitud más justa.

-A veces no trata tanto de decirle que “No” a otras personas, sino de decirnos “No” a nosotros mismos en cosas que sabemos que a largo plazo nos van a mermar emocional, economicamente y en salud.

¿Cuál es tu reacción más frecuente cuando quieres negar algo? ¿Expresarlo tal cual, ser ambiguo o ceder?

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