Manguitos con chamoy




 

Manguitos con chamoy.

 

-Amor, ¡¿En serio te vas a tomar eso?!

 

Me veía con los ojos abiertos con una mezcla de intriga y repulsión.

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Mi kriptonita

-Sí… Me gusta, está muy rico…





 

Y en lo que se ponía el semáforo en verde tome el vaso de plástico, y me empine poco a poco el viscoso líquido rojo…

 

Lo confirmaba, e incluso, ahora, en el momento de escribir esto, no puedo evitar salivar.




 

Creo que lo más rico de los manguitos callejeros con chamoy y Miguelito y limón, así como las manzanitas Granny Smith cubiertas de tamarindo con o sin chile con chamoy, es el caldo que queda al final.

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No sé si es mi primera o segunda golosina favorita, se echa un tiro con los manguitos…

No es una costumbre que ande presumiendo, pero la siguiente analogía me pareció muy útil.

 

Esos manguitos con chamoy me los comí en ayunas, sin nada en el estómago, los compré en la calle a un lado de un montón de tráfico… dudo que el vendedor que me recibió el dinero, se haya lavado las manos o la fruta antes de partirla y pelarla…

 

Además de la falta de higiene, agrego el ácido y los efectos que se supone le genera al estómago, el sodio y la retención de líquidos, el daño a los riñones o el exceso de azúcar…

 

Si mi nutrióloga leyera esto, me excomulgaría de su consulta seguro…

 

Sin embargo, no me retracto, los manguitos estaban deliciosos, fue una experiencia mística devorarlos y beberme ese néctar de perfecta y ácida dulzura salada del final.

 

¿Por qué mi elogio y comercial a los manguitos enchilados?

 

Porque si yo leyera lo que acabo de escribir sin haber vivido mi experiencia urbana, creo que me repugnaría comerlos, creo que no sería algo ni siquiera saludable…

 

La cosa, es que no me hicieron daño, pero sí sé de algo que me hace más daño que los manguitos enchilados o la leche entera y caliente con nata cuando digo que soy intolerante a la lactosa…

 

Cuando siento coraje, ansiedad, estrés, miedo o nervios, yo solito me destrozo mi estómago como no lo hacen mis manguitos enchilados atascados de químicos y con mugre callejera…

 

Me espanta el grado de toxicidad que me puedo generar si no cuido mis emociones aunque cuide de comer sólo carne asada con verduras y carbohidratos complejos.

 

A veces como súper bien, tomo mucha agua y hago ejercicio, pero si estoy tenso, mi panza me castiga… A lo mejor es porque yo la castigo antes con angustia, coraje, miedo, preocupación y anexas.

 

¿Qué prefieres?, ¿manguitos callejeros con chamoy o bilis entrañable?

Arturo Hernández Vera especialista en dependencia emocional, infidelidad, celos y resolver ruptura de pareja
Psicólogos y terapia individual y de pareja en el D.F. División del Norte # 313, entre Prvidencia y Adolfo Prieto, Cólonia del Valle, Delegación Benito Juárez.

 

 

2 comentarios en “Manguitos con chamoy”

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