Una lección nueva de escalar:
Cada cuerpo tiene recursos y herramientas particulares. Hay diferentes tamañaños, fuerza, flexibilidad, peso…
Cada quien va a escalar de una manera específica.
Es decir: lo que a uno le sirve es probable que no le sirva a otro.
La misma pared va a pedir diferentes adaptciones, según quien la trepe.
Puede que ver a alguien, me ayude, puede que pedir orientación a alguien que ya hizo la ruta me guíe.
Pero una idea nueva que topo es:
date la oportunidad de encontrar tu propia ruta, la manera en que tu cuerpo se va a acomodar en la superficie vertical.
A veces no nos sirve la retroalimentación de otros, porque nuestras condiciones son muy específicas.
Cuando la ayuda externa no aplique para sacar nuestras rutas o retos, es momento de sentir y movernos o aquietarnos según la entraña nos diga. De este modo, la intuición brindará el mapa que necesitamos.
Escuchar, sentir, observar nueatro contexto permitirá una conexión más eficiente, en momentos en los que sentimos que el apoyo exterior no resulta para conseguir alivio.

¿Y cómo sabes que te guía tu intuición y no tus creencias limitantes o tus patrones mentales que te mantienen atascado en situaciones repetitivas de las que ya estás cansado?
¿Cómo saber si eso que sientes/piensas proviene de tu sabiduría innata o si es el resultado de todos tus condicionamientos que te van a mantener atrapado en lo mismo?
¿Cómo sabes si la retroalimentación externa no se siente bien no porque no sea oportuna si no porque te lleva a un estado de incomodidad que no quieres traspasar?
Gracias por comentar Raquel!
A la primera pregunta de cómo distinguir entre intuición y miedo-creencias limitantes-condicionamientos…
El dolor, especialmente el que es crónico, repetitivo, nos indica una experiencia en la que no estamos siguiendo la intuición.
Una incomodidad nueva, da posibilidad a abrirse a la conciencia.
Dolor rancio, queja crónica, no son intuición.
Incomodidad fresca es exploración y apertura.
Eso respecto a las 2 primeras preguntas.
De la 3era, va relacionada, y creo que el criterio es el mismo para responder desde donde viene mi renuencia:
Desde un dolor añejo o desde un dolor nuevo.
Si la orientación externa cristaliza mi dolor conocido, ahí tengo un buen indicador de que ocupo lo de afuera para reciclar mi experiencia de forma inconsciente. Y ahí resulta oportuno hacer pausa si uno es reactivo, o moverse si uno es analítico, para empezar a sintonizarse con la intuición desde una aproximación diferente a la que acostumbramos.
Si la retroalimentación externa me brinda una incomodidad nueva, y no la experimento en un momento en el que una parte de mí busca el
Cambio, ahí está una clave para apreciar que esa orientación sí está más alineada con una búsqueda genuina de armonía interior.
Abrazo!