En los últimos días me encuentro con un mensaje frecuente en diferentes experiencias:
CONFÍA EN TI MISMO
No le hacía tanto caso a la idea, la primera vez que la registré, de cualquier modo, se repetía.
Es triste que nos eduquen para estar a la defensiva, preparados para lo peor, preocupados por competir para conseguir lo suficiente o para que no nos corran de un trabajo o nos lastimen en una relación.
Una idea derivada de esa confianza expresa que si en este momento existo, es porque he conseguido lo que requiero para estar aquí, con las limitaciones, deudas, miedos, complejos, fracasos, lesiones, traumas… si estoy escribiendo o leyendo esto, tengo más que suficiente.
Y he tenido más que suficiente aunque no lo haya sentido así en los malos momentos de mi vida. La evidencia es que existo en este instante.
Sin embargo, aún con esa evidencia en tiempo real tan consistente que soy, sigo trabajando para confiar en que tengo lo recursos, experiencia, oportunidades, talento y capacidad de adaptación e improvisación para sacar las cosas.
La desconfianza, el miedo, la angustia, son fáciles, cualquiera puede sentirlas. Aprender a confiar implica trabajo y consciencia. Confiar en que puedo hacer las cosas y resolverlas, confiar en que no fallo, sino que evolucionó, confiar en que el otro puede (y hasta quiere) apoyarme en lugar de traicionarme.
Confiar en mi memoria, confiar en mi trabajo, confiar en que puedo perdonarme y puedo reparar.
Ejercitar la confianza empieza desde ser consciente del impulso de stalkear a alguien y dejar de hacerlo para dejarme sorprender, o no revisar de manera compulsiva el celular sabiendo que llegaré bien y a tiempo. Son esas pequeñas cosas que si dejamos de hacer nos brindan la oportunidad de pasear en la incertidumbre para sentir curiosidad, en lugar de paranoia.
Tú, ¿ejercitas confianza o desconfianza?
Justo justo me llega tu correo, cuando hoy me prepuse tener confianza todo el día y vaya que es un reto .
Gracias ARTURO como siempre le das al clavo ?
¡Gracias por tus palabras Mónica!
¡Te deseo éxito en ser consciente del acto de confiar!
Esto es todo un tema, Doc…
Generalmente no suelo confiar mucho en mi o en las decisiones que tomo, las juzgo (como decías la semana pasada), todo el tiempo.
Ejercitar todos los días mi confianza se traduce en luchar con mi síndrome del impostor.
Es complicado, a veces me deja muy agotada pero, no he dejado el gimnasio aún.
Gracias, DOC!
El gimnasio emocional se encuentra en cada experiencia que tenemos, interna o externa es una oportunidad para entrenar nuestro amor propio, ¡linda semana Soledad!
¡gracias por comentar!
Muy padre muchas gracias Arturo, tengo la certeza de que últimamente he tenido acciones de confianza, durante las últimas dos semanas cuando voy a mi trabajo no veo la hora en mi celular, eso significa que confió en que llegare a tiempo.
Y sabes me agrada saber que me encuentro modificando una accion y me da tranquilidad.
Saludos,
Miriam
Esos pequeños detalles de confiar, son inversiones para circunstancias que parecen retadora y ponen a prueba nuestra fe en que todo saldrá bien al final.
¡qué sigas construyendo confianza Miriam!