Introducción:
Desde hace varios años, me autonombro especialista en resolución de ruptura de pareja.
Es un tema que me intriga, pero del cuál, en carne viva, huía al ver los estragos y los desequilibrios que generaba. Me alcanzó la realidad y ahora me pongo a escribir este texto, con la esperanza de que me ayude a mí y a otras personas. Es irónico que surja por recomendación de mi exsuegra, pero creo que tiene razón: puede salir algo bueno de esto.
Me preguntan varios conocidos que se enteran de mi situación, y es probable que te hagan esta pregunta:
“¿Cómo te sientes?”
La mayoría de mis pacientes se sienten ansiosos o tristes…
En mi caso peculiar, respondo: “enojado y agradecido”. Y es mi intención que con la lectura de este texto tú sientas emociones parecidas que te alivien en tu proceso de duelo e incertidumbre y te aclaren algunas dudas que sientes y no resuelves con pláticas cotidianas con tus familiares y amigos.
Aclaro mi enojo y mi gratitud; la emoción que predomina es el coraje. Es un alivio, después de sentir varias semanas de ansiedad como eje de mis días, pero también me siento afortunado. Creo que esos dos sentimientos me ayudan. Me siento afortunado de darme cuenta de lo que pasó, de hacer un balance de beneficios y rencores, de trabajar con múltiples personas que han pasado por esta situación antes y que me comparten sus procesos, sus recursos, sus recaídas y sus evoluciones.
Un ex paciente me dijo alguna vez:
“Te sabes las respuestas del examen antes de hacerlo”.
Supongo tiene algo de razón, ya me daba cuenta de que a lo mejor el saber lo que siente alguien o cómo reacciona una pareja en ciertas circunstancias me permite una visión y una anticipación que la mayoría de las personas en una situación de ruptura romántica, carecen.
Así que con mi coraje y mi gratitud empiezo por el final.
Hola, necesito terapias psicologicas, estoy pasando por un pésimo momento en mi vida y no veo la saluda, pero mis recursos son limitados ¿alguien me podría ayudar, por favor?