1. Al psicólogo especialista en ruptura de pareja le toca lamerse sus heridas.

Como mencioné antes, alguna vez un paciente me dijo que sabía las respuestas del examen.

Si esta experiencia de ruptura la interpreto como una prueba o un examen que me puso la vida, creo que mi paciente tuvo razón: cada persona que pisó mi consultorio me pasó las respuestas para poder aprobar una experiencia con mucha más facilidad que la que encuentro en la mayoría de la gente que me busca para tramitar una separación

Estoy agradecido por eso.

Tiene tiempo que dirigí mi atención y mi publicidad hacia la frase:

“¿Terminaste una relación y no sabes qué hacer?”

Supongo que era predecible que ese texto en algún momento se ajustaría a mí.

Déjame contarte una historia…

Creo que lo que tememos o deseamos es lo que atraemos. Y durante bastante tiempo yo tuve miedo a perder a mi pareja. No importaba las evidencias de certeza que me daba, sentía celos y miedo a perderla.

Esto lo menciono porque mas que venderme como una víctima, pienso que sí asumo mi responsabilidad emocional e individual en mi relación, o en este caso exrelación, me encuentro en la posibilidad de aprender, agradecer y resolver una ruptura de pareja.

¿Por qué asumir responsabilidad si te dejaron o te engañaron y tú no abandonaste? Porque esa postura te va a dar control y acelerará tu curación.

Si me vivo como una víctima, el proceso se hará más largo y doloroso. Si tú sientes que viviste una injusticia, una traición, está bien. Es parte del proceso. Sólo procura que esa interpretación tenga caducidad, empodérate, eres una persona creadora.

Algo hiciste o dejaste de hacer para que la relación terminara. Si habla tu dolor o tu enojo, esto que acabo de escribir te indignará. Pensarás que tu situación fue diferente y que no sé de qué habló. Es razonable que te sientas así. No pasa nada. Sólo te pido que sigas leyendo si tienes la intención de dejar de sufrir.

Otra reacción opuesta, pero también típica, implica que justifiques a la otra persona y decisiones que en algún momento te hicieron daño y que más que responsable, te vivas como culpable de todo lo malo que sucedió en la relación. Rara vez es así.
Tampoco es la intención de este libro hacerte sentir culpable de que terminará la relación, sino RESPONSABLE. Culpa es una carga enorme, es muy probable que hiciste lo mejor que pudiste con la experiencia y las emociones que tuviste en ese momento en la relación. Diste lo mejor que pudiste aún cuando en este instante pienses que pudiste haber hecho más.

Si te haces responsable integrarás esta experiencia, te enriquecerá y la trascenderás sin volverla a repetir. Si te haces responable, en lugar de culparte o culpar a la otra persona, dejarás de repetir patrones y aprenderás mucho de ti y de como llevar una relación profunda y estimulante.

Hace unos años leí en “Conversaciones con Dios” de Neale Donald Walsch, una definición de relación de pareja que me gustó mucho y tengo presente, sobre todo, en momentos incómodos:

El propósito de las relaciones de carácter romántico no es que te amen, ni que te completen, sino que te brinden la oportunidad de conocerte, de saber quién eres a partir de la diferencia de estar con alguien más.

En eso creo. Me parece una definición que alivia y disminuye nuestras expectativas irracionales depositadas en una pareja, además de eliminar la presión por ser una persona ideal siempre para el o la otra.

Me gusta la idea de que una relación es para experimentar, para construir y compartir, para conocer a alguien, pero sobre todo: PARA CONOCERNOS.

Sabemos quiénes somos a partir de lo que no somos, de lo que nos contrasta o también de lo que hacemos en automático cuando nos enamoramos: de hallar afinidad y simetría con lo que tenemos muy claro que somos.

Esto me lleva al segundo capítulo “¿Por qué empezaste tu relación?”