Me sorprende como hay cosas pequeñas que hacemos todos los días que nos definen. Cosas automáticas, hábitos inconscientes, “detallitos”.
Esos son los poquitos que hacen mucho. Somos un conjunto de muchas pequeñas cosas, más que grandes revoluciones.
Hay momentos en los que vivimos una crisis y nos reinventamos por una enfermedad, la pérdida de un ser querido o un trabajo. Sin embargo, esos momentos en los que la angustia, el dolor, la curiosidad o el deseo nos redefinen de golpe nos mantienen alerta y nos obligan a cuestionarnos, ser conscientes y movernos de inmediato.
Los pequeños cambios que suceden todos los días y que no duelen o no nos emocionan, son los más consistentes a largo plazo. La manera en que nos comportamos con otras personas de forma cotidiana, si usamos una tarjeta de crédito, si nos tomamos la última antes de irnos, si decidimos levantarnos sólo 5 minutos después…
No pasa nada.
No pasa nada 1 vez, o una que otra vez. Incluso es saludable y placentero romper la rutina de vez en cuando.
La realidad es que la primera vez que hacemos algo, es más difícil la ejecución que la repetición. Y es muy probable que reincidamos en una golosina de más, o en una compra de más, o en una pequeña falta de atención insiginificante.
No deja de sorprenderme que la mayoría de las situaciones que más angustia me han generado, me agarraron en curva por descuidar pequeños detalles, o las cause yo, por olvidar o subestimar buenas costumbres que tenía.
¿Cuáles son tus poquitos que con el paso de los años definen cosas que te encantan o te duelen en tu realidad actual?
Psicólogos y Terapia terapia de Pareja presencial y en línea en México DF, ahora CDMX, brindamos atención en colonia del Valle y Narvarte.
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Es muy cierto Arturo, cuando algo nos parece difícil, complicado o un poco tardado en tomar la decisión de un sí o no de hacer algo en particular. Pero una vez ya realizado, ejecutado, vivido o experimentado la una segunda vez será muy fácil poder realizarlo siempre ya sea algo positivo o negativo. El punto difícil es la primera vez.
Así es Fabi, después de la primera ocasión de hacer algo surge una fuerza que se llama “ímpetu”, como cuando uno se sube a un columpio, el ritmo inicial es el más difícil.
Linda tarde!
Las pequeñas cosas que pueden ser tan sencillas como olvidarse de uno mismo, el pequeño gran detalle de darse amor a uno mismo. Aveces lo pasamos de largo y das a los demás pero te olvidas de ti y con el paso del tiempo te cae el 20 de por que paso esto o aquello, simple te olvidaste de ti y de tus necesidades primordiales.
Un pequeño detalle que hace la diferencia, entonces es momento fe aprender levantarse y seguir el camino pero el secreto esta en como lo seguirás de la misma manera o harás el cambio necesario.
Gracias Arturo!
Empezamos y terminamos con nosotros mismos aún cuando nos proyectemos en momentos de deseo o dolor en los demás.
¡Gracias por recordarlo Miriam!
Exacto! Lo curioso es que te quedas con un puño de aprendizajes y ahora, ahora puedes comenzar de una manera diferente, haciendo los cambios necesarios y sin remordimientos.
Por nada!
No hay momento perfecto para los cambios, el momento perfecto es éste.
¡Saludos hasta Canáda desde México DF Miriam!