Cómo estresarme con éxito.
Muchas veces escucho la frase:
“Yo sólo funciono bajo presión.”
Oír esas palabras me pone tenso. Yo funciono bajo presión también, pero de entrada me pasmo, me pongo a correr en círculos mientras noto como mi angustia se incrementa y después de mucho rato comienzo a resolver.
Creo que mi capacidad de reacción es algo más lenta que la del promedio de la gente. Los resultados que obtengo tienden a ser aceptables la mayoría de las veces, en otras ocasiones: sorprendentes.
Hay momentos en los que la presión me permitió conocer debilidad y confusión que disfrazaban alguna oportunidad o recurso que la comodidad no me brindaba.
Algo que me ayuda a lidiar (aunque no implica eliminar) el sentimiento de presión es reinterpretarla como una oportunidad para descubrir algo. Si agrego curiosidad a esa tensión, llego a encontrar algo que me entusiasme y me aligere. En ese momento, aunque sea por un ratito, dejo de estresarme, aprendo algo o veo un resultado y comienzo a sentir que avanzo o algo se resuelve lo cual vuelve más ligero el proceso.
Me encanta pensar y analizar, siento envidia en momentos de estatismo por quien es más impulsivo o se mueve para manejar su presión, pero también en mis reflexiones, me doy la oportunidad, a veces con vergüenza o miedo, de expresar mis ideas ausentes de concreción… Es padre lo que sucede, en general me aclaro, disminuye la tensión, dejo de pensar tanto y empiezo a moverme. Me gustan esos movimientos porque tienden a ser consistentes y más precisos o fáciles de reencauzar si no van a donde quiero. Creo que un beneficio inesperado de tardar en iniciar el movimiento, aunque confieso que puedo llegar a ser desesperante mientras comienzo. Así es mi relación con el sentimiento de presión.
Sería rico, más que bueno o malo, que la próxima vez que sientas que te llega el agua al cuello o que no sepas cómo resolver algo, lo veas como una oportunidad para conocer cómo eres:
¿analizas o resuelves?, ¿destruyes o construyes?, ¿disfrutas la presión? ¿la creas sin darte cuenta?
Creo que si te vuelves consciente del estrés y la manera en que te relacionas con esta experiencia dejará de ser tan pesada y puede que hasta grata.
Arturo Hernández Vera, especialista en dependencia emocional, infidelidad, celos y resolver ruptura de pareja
Psicólogos y terapia individual y terapia de pareja en el D.F., ahora CDMX.
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Muy interesante el titulo de este artículo, sin embargo decidí guardarlo y utilizarlo para el mejor momento en mi trabajo, en el día a día pensé.
Te comparto con gusto que no tardé mucho en activar la oportunidad para “estresarme bien” pero no en mi trabajo como lo tenía planeado, se presento la oportunidad en “clases de buceo”.
No me había dado cuenta pero estaba teniendo problemas con el estrés que me generaba la profundidad, estando en el agua recordé este artículo, no fue fácil pero me ayudo mucho 🙂
Gracias Arturo por compartirlo.
¡Clau, me da mucho gusto que te haya servido!
¡Qué valiente eres! Sigue disfrutando de la adrenalina y la presión, verás que las trasciendes.